jueves, 21 de enero de 2010

Gracias, Bardo!!!




Un gran amigo, de esos que deveritas-deveritas lo son, que conozco desde hace 21 añotes y además se da el lujo de ser mi doctor -gratuito- de cabecera, puso los tacos en la mesa el día de ayer para celebrar -es un decir- su regreso a México, después de la experiencia haitiana. No, no se quejo de que había para comer una lata de atún y una botella de agua al día, tampoco de los desastres que vivió y ni siquiera se jacta de haberle entrado duro y tupido a la ayuda que México llevo.

Pero yo, lectores adora-dos y adorables, quiero decir que me siento orgullosa de un hombre que además de dedicarse a llevar y traer órganos (no musicales, ok?) en el país, de no cobrarle a la gente y sin embargo no vivir en la mas absoluta de las miserias, ni económicas ni espirituales, que sin necesidad de que su nombre se conozca, ha hecho que para esta que hoy escribe, francamente, sea todo un héroe. Porque no cuenta su experiencia, ni la de las personas que sufren, sino la de esos héroes anónimos, las ganas de los rescatistas por ayudar, la felicidad de ver a alguien con vida y sacarlo exitosamente, las frustraciones de saber que no todos podrán salir así. En fin, Bardo, bien por ti. Te quiero. Y hoy como cada día, te admiro. Harto hartote.

INSISTO: LAMENTO SI HAY FALTAS DE HORROGRAFIA. NO TENGO ACENTOS Y ES UN DESMADRE AGREGARLOS!!!

miércoles, 20 de enero de 2010

Oh... Borges!!!


Andaba de chismosa -raro- en un grupo de literatura en Facebook y uno de los integrantes tuvo la idea de agregar algo sobre este maravilloso escritor y ¡Oh sorpresa! que encuentro unos datos geniales. Igual no tienen que ver con su literatura, pero juro que me hizo la tarde.

Por cierto, no tengo acentos en la computadora. Una disculpa por ser tan parca en mi escrito pero odio redactar sin ellos. Sigo aunque no lo parezca, y estoy con mis dos lectores de sololoy queridos.

Venga, pues:

"Una mañana de octubre de 1967, Borges está al frente de su clase de literatura inglesa. Un estudiante entra y lo interrumpe para anunciar la muerte del Che Guevara y la inmediata suspensión de las clases para rendirle un homenaje . Borges contesta que el homenaje seguramente puede esperar. Clima tenso. El estudiante insiste: "Tiene que ser ahora y usted se va". Borges no se resigna y grita: —No me voy nada. Y si usted es tan guapo, venga a sacarme del escritorio. El estudiante amenaza con cortar la luz. —He tomado la precaución —retruca Borges—, de ser ciego esperando este momento.

El escritor argentino Héctor Bianciotti recuerda una de las tantas salidas elegantes de Borges, cuando le incomodaban los halagos de la gente. Ocurre en París, en un estudio de televisión. "¿Usted se da cuenta de que es uno de los grandes escritores del siglo?", lo interrogan. –Es que éste ha sido un siglo muy mediocre.

En una entrevista, en Roma, un periodista trataba de poner en aprietos a Jorge Luis Borges. Como no lo lograba, finalmente probó con algo que le pareció más provocador: "¿En su país todavía hay caníbales?" —Ya no —contestó Borges—, nos los comimos a todos.

Roma, 1981. Conferencia de prensa en un hotel de la Via Veneto. Además de periodistas, están presentes Bernardo Bertolucci y Franco María Ricci. Borges, inspirado, destila ingenio. Llega la última pregunta. "¿A qué atribuye que todavía no le hayan otorgado el Premio Nobel de Literatura?" —A la sabiduría sueca.

Borges firmaba ejemplares en una librería del Centro. Un joven se acerca con Ficciones y le dice: "Maestro, usted es inmortal".—Vamos, hombre. No hay por qué ser tan pesimista"