lunes, 17 de noviembre de 2008

Así lo recuerdo...


Así lo recuerdo, te juro no miento
a golpe de estrofas, tus manos tu pelo
frontera a lo eterno, guardián de lo inmenso
no importa si niegas, yo sé lo que es cierto.
Alejandro Santiago

Al diamante blanco:
Por enseñarme lo que ya sabía desde hace tanto:
que todavía falta mucho por aprender...
¿Qué sucedería si un día, después de que piensas que hay muchas cosas que se perdieron y entre ellas la fe, encuentras que en una noche los planetas convergen entre ellos y te dicen que tal vez hay que seguir creyendo?

-Signo leo: Fuego, fuego, FuEgO, fUeGo, FUEGO…

DELICTIA CARNIS
SEXUSUNIVERSUSTOTALIS
Sabor a verde-verdad, sacrificada a muslos abiertos y sin daños a terceros, cobijo de labios, agiten entonces saliva-sudores-sustancias. Lenguas prestadas, abrió sus campos y sus flores fueron segregadas de agua bendita. Hizo lo propio y el roble, árbol erecto, vertió sus hojas y roció lo que ya estaba húmedo. Sin palabras para no estropear el silencio oportuno de gemidos. A cuatro manos, a dos bocas, a ojos cerrados,
a placer, PlAcEr, pLaCeR, PLACER…


“Por ti se escapa la sequedad de mi boca,
mi mirada de brújula perdida en tus rincones,
floto voluptuosa en tus profundas aguas
y me abro como flor nocturna a tu plácida noche.
Mi cuerpo, fiesta fértil y lasciva.”

Respiración entrecortada: el oxígeno te llega por los poros, te inunda, te adula, te ordena, te obedece. Que siga la danza y que bailen las pieles, que se quede en tu aroma y que se resuelva la noche como pueda. Astrológicamente, su espalda dice que lo vivas y lo sudes y lo respires y lo pruebes hasta no quedar duda que lo perfecto puede ser realidad, aún cuando la realidad no siempre sea perfecta.

Agua tibia. Dilatada. Lívida. Libido.

¿Qué prefieres: dar placer o recibirlo? Las dos cosas son posibles, exactas, puntuales, perfectas.

Tiemblas, te contraes, te agitas, te estremeces, te escurres y ya no eres corpórea: te transformaste en espasmo, convulsión, orgasmo.


Frotar-flotar.

El volcán entonces expulsa lava. Tu primera reacción fue alejarte, luego como un reflejo te acercas y el vino blanco sabe dulce, tomas y puede más la embriaguez y la lujuria (Lujuria: apetito desordenado de deseos carnales) que tus fobias.

Una puerta se cierra. Ya es tarde y hay que dormir. Te recuestas. Lamentas saber que un recuerdo es algo pasado, pero tienes todavía un sabor pintado en lienzo para el insomnio.

Otra puerta se abre. Aún es temprano y puedes pasar. Cuando quieras.

P.D.- Cuando ella apaga sus ojos, le gustas más. Los demás sentidos (Oído. Tacto. Olfato. Gusto) le demuestran que es cierto: Sólo los cuerpos que embonan son los que tienen la libertad de encontrar.

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