viernes, 15 de mayo de 2009

Ojalá que llueva café...


Buenos y lluviosos días, mis queri-dos lectores apapachadores que todo lo pueden y me hacen sentir querida y requeridota. Por eso uno amanece contentota. Ash!


Ehm... En realidad, por eso y porque ya el sol se está ocultando, los días grises comienzan a hacer su aparición y le precederán los fríos, las lluvias, y todas esas cosas que a esta Albanta pintada de turquesa-sergiana le encantan. ¿Cómo... Acaso alguno de ustedes tiene algo contra este clima? Sí, bueno, los deslaves, claro, también el tráfico asqueroso, y qué decir de las inundaciones, la flojera, llegamos tarde a todos lados, nos alaciamos el MALDITO Y ASQUEROSO PELO Y SI NOS MOJAMOS YA SE CHINGÓ EL ASUNTO, SE NOS ESPONJA EMULANDO A LA PANTERA ROSA SALIENDO DE LA SECADORA... Ok, miren, les voy a dar aquí una lista de razones por las que, a mí, me parece que esta es una de las temporadas más súper duper ulta sensacionalísimas que puede haber:


-Uno se trepa al STC (ah qué mamerta, bueno, al micro), se enchufa sus audífonos (preferentemente en los oídos, pero ya depende del gusto de cada quien :P) y vamos viendo cómo la selva asfáltica se mueve desde el otro lado de nuestra ventana. Dicho de otra forma; qué bonito es ver llover y no mojarse, chingao.


-Amanecemos con esa pinche anti-sensualidad que nos entrega las seis cuarenta y cinco de la mañana. Nos apretujamos junto al dueño/a de nuestras quincenas. Su calorcito nos conforta. Afortunadamente para nosotros, el dueño/a de nuestras quincenas está más dormido que nosotros, por lo que no alcanza a ver el monstruo que tiene al lado, así que podemos dejarnos apapachar bien agustín. Cerramos los ojos. ¡Puta madre, yo no sabía que eso era estar en el cielo! Dispensen ustedes, pero a lo más que había llegado era dormir con mi gata y un perro de peluche.


-Tomamos café, fumamos tranquilamente (bueno, es mi caso, si ustedes son muy pinche sanos no saben lo que se pierden) mientras pongo a todo lo que da una buena rola (ahora suena Me gusta estar al lado del camino, fumando el humo mientras todo pasa, me gusta abrir los ojos y estar vivo, tener que vérmelas con la resaca... Ohhhhhhhh por Dios, Fito Páez es la pura sabrosura). Así es como se debe trabajar un viernes: haciéndose pendejos :D


-Francamente ¿a quién no le gustaría volver a brincotear encima de los charcos y mojar a cuanto incauto se atravesara en el camino? ¿No sería una belleza que quien pasara estuviera vestido de blanco?


-Ok, les cambio el café y el tabaco por un chocolatito caliente y churros (de los que se comen, no de los que se fuman, chingao) ¿les late más la idea?


-Hay veces, cuando nos sentimos desubicados, felices o tristes, y prestamos un segundo de atención, de pronto el golpeteo de la lluvia en nuestra ventana, nos hace saber que por fuerte que sea la tormenta, nunca estaremos solos.


Pues contrariando mis ganas de seguir chacoteando con ustedes, dispóngome a trabajar. Porque sí, hoy planeaba reportarme enferma y disfrutar de la lluvia y del día nublado acostadita y comiendo arrocito con leche (si sigo así me voy a poner como ballenita), hasta que una voz sospechosa y nada desinteresada retumbó en mi conciencia y me hizo saber que tenía un motivo de peso, de varios pesos, para presentarme en la oficina: es quincena. Pusyaqué.


1 comentario:

Parvati dijo...

Prima:
Apoyo tu nocion, no hay mejor clima que los dias nublados llenos de millones de gotas de agua dulce... el ambiente es otro, la sensaciones despiertan y todavia te puedes mojar....

Aplauso ensordecedor...

Tu Primis