domingo, 30 de noviembre de 2008

Y uno de los regalos fue...


No se asusten si uso algún cometa mágico,
si colecciono perros en la acera,
si dulcemente arranco el caos de mi entraña;
no se asusten: estoy sin tiempo para tumbas,
ardo y me corono con un naipe.
No se asusten por nada: simplemente recibo un heliotropo.

Adiós Adiós, locura de mis treinta años,
besado en julio bajo luna llena
al tiempo de la herida y la azucena.
Adiós, mi venda de taparme daños.
Adiós, mi excusa, mi desorden bello,
mi alarma tierna, mi ignorante fruta
estrella transitoria que se enluta,
esperanza de todo por mi cuello.

Adiós, muchacho de la cita corta;
adiós, pequeña ayuda de mi aorta,
tristísimo juguete violentado.
Adiós, verde placer, falso delito;
adiós, sin una queja, sin un grito.
Adiós, mi sueño nunca abandonado.

Carilda Oliver
Y un millón de gracias para ti, Alondra.

1 comentario:

las incisiones del ave muestran: dijo...

besos al hada más azul, más femosa.
te quiero