domingo, 2 de diciembre de 2007

Pechocho!!! (Y postre para dos)


En realidad sé que son un montón de cosas de las que tengo que hablar. Podría empezar, como ejemplo, partiendo del hecho de que ya tengo 30 años. Que llegó mi cumpleaños y se fue probablemente dejándome más enseñanzas de las que ahora alcanzo a percibir, pero que seguramente iré descubriendo como diría Machado; golpe a golpe, verso a verso.


Llega el día de mi cumpleaños y me sorprende no diría yo que enamorada, porque eso ya de por sí es todo un pretexto para apestar la situación. Pongámoslo de esta manera: esperanzada.


Descubrí que puedo soñar, subir, bajar, correr y seguir sintiendo porque de eso estamos hechos, pura vida.


Mientras tanto, prometí al pechocho unas letras y ahora, cumpliendo tres semanas de saberlo, vengo aquí a saldar deudas. Así que a mis dos lectores consentidos, pido permiso porque me voy a aventar una carta con destinatario, faltaba más.


A quien corresponda (que Pechocho, sabemos que te corresponde a ti):


Es vibrar, esperar, caminar, probar, besar, acariciar, soñar. Compartir por gusto y quererte porque es más que inevitable. Son las mariposas en el estómago. Escuchar tu voz y descubrir que detrás de ella escondes un ser maravilloso, con luz, magia, sueños, colores, formas, y todos los etcéteras que falten.
Es agradecerte por la primera llamada, las dos canciones, las risas, los juegos, suspiros, enojos, mensajes, abrazos. Has convertido las madrugadas en un asunto de dos.
Te quiero mucho, en todas sus formas y de todos los modos.
Soy una empalagosa. Ash.
En fin, mejor sigamos escribiendo porque ya me puse más chípil. Ok, continuemos con lo que sigue y sigue y sigue.
Eres maravilloso, corazón de sololoy!!!

1 comentario:

MIZPAH dijo...

En primer lugar, FELICIDADES por tus 30 primaveras y, por otra parte, ENHORABUENA por sentir esas bellas palabras que le escribiste a "Pechocho". Como muy acertadamente dijiste, estamos llenos de vida y basta que una "chispa" nos haga encender esa llamita que de vez en cuando se nos esconde en el corazón, para que volvamos a darnos cuenta de lo lindo que es vivir repletos de mariposas en el estómago. Llevabas días sin escribir (ahora entiendo por qué, jaja).