domingo, 5 de octubre de 2008

Agh, domingo....!


Y luego de siete días, chíngale, vuelve a amanecer domingo. Raro, raro, raro. Sueños de oropel, que van desde el vestido soñado hasta larvas en una toalla afelpada azul cobalto.


Y pongo a Dios como testigo que no estaba drogada.


Un fin de semana cómicomágicomusical. El viernes salida con la Babas a su escuela, quecas de Tere, llamada de mi Tenampa freudiano, películas. Sábado de compras (pura comida, francamente), películas y más películas. Pláticas y querencias. Encuentros explicables, venganzas pasionales oníricas, deslumbramientos amorosos.


Se me acaban los cigarros. Voy por unos Marlboro rojos a la tienda de doña Chuy, quien me dice que fumar es nocivo para la salud. Pienso en qué chinga debe ser aprenderse la información de cada producto que ofrece su negocio y estoy al punto de cuestionarle sobre qué químicos trae la salsa chamoy que está tragándose junto con sus chicharrones, cuando me doy media vuelta y decido regresarme en chinga para llegar a escribir estas pendejadas.


Una semana de rundidez. Por una parte, el ya no saber a mi mejor amigo. Entender que perdí, pero todo el que pierde termina ganando aunque sea espacio, que no vacío. Falta, muy falta de dinero, pero ya caerá. Mejoras emocionales, mejoras en el pie izquierdo, a lo Daniel Day Lewis y por fin, la reconciliación cada día conmigo y el apapachamiento sonoro que me hace abrir los ojos al día siguiente.


Por cierto, descubrí un programa de radio espatirifláutico, conducido por dos amigos de mi amor kafkiano y ahora, ya por lo menos la locutora, amiga mía, doña Alberta. La dirección es: http://beegosradio.listen2myradio.com/ y su horario es a las veintidós horas, de lunes a viernes. Neta, escúchenlo.


Uhm... a ver, le rasco y le rasco pero en general no hay mucho por decir. Compréndanme, mis apreciables, memorables y casi nunca inalterables dos lectores consentidaxos: los domingos, ni los manatís cheleamos.


Aún cuando yo quiera seguir y seguir con esta verborrea, quiero escribir, pero ni espuma sale.


Mejor me voy cuando todavía quede algo de dignidad (ejem... no, en realidad no me queda nada, cosa que francamente me viene valiendo madres) y me dirijo a ustedes mañana, lunes de luna, donde todo empieza y hay cualquier, oh sí que sí, cualquier posibilidad.

1 comentario:

FerGil dijo...

Si llegas al lunes con energía y ganas de empezar la semana, quiere decir que no exprimiste el fin de semana como se debe. Por supuesto, no es necesario que sean actividades trascendentales ni memorables... comprar, ver pelis y echarla son perfectamente aceptables.