lunes, 12 de febrero de 2007

De vez en vez y de cuando en diario...

Convendría hacer un corazón renovable que no permitiera goteras corrosivas. Habría quizá que declarar zona liberada el país de nuestro cuerpo y sólo sollozar cuando los cielos se pintaran de naranja. Descubrir la poesía con la necesidad del náufrago que busca tierra. Convenir con cada persona que nunca se cierren los ojos si no han soñado previamente. Abrazar sin condiciones y mirarse fijamente hasta que no existan más dudas que las de cómo volver a usar la palabra. Fingir demencia a las promesas y jubilar los planes para una próxima ocasión. Despedirse de los miedos y condenarlos a cadena perpetua en la cárcel del olvido.

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