lunes, 17 de septiembre de 2007

Anda la osa!!! (De gomita)

Una semana y nada que escribo. No es mi culpa, es que mi computadora viene y va de sus achaques permanentemente leeeeeeeeeeeennnnnnnnnnnnta.

Le cayó un virus el miércoles y no podía iniciar sesión...
Le cayó cerveza el sábado y que me quedo sin teclado...
Le cayó Slim hoy y que me dejan sin internet...

¿Qué ha pasado con mi vida? Se estarán preguntando mis dos lectores en alta estima. Bueno, prácticamente nada y sin embargo un montón. Ahora sí me voy a descoser porque no me da miedo que alguien me lea.

(Lero lero)

Bueno, el pex es que no sé cómo empezar... Ok, ¿alguno de ustedes... (de ustedes dos, quiero decir) han conocido la voz de alguien y se ha sentido estúpidamente enamorado (no hay otra forma de enamoramiento) hacia alguien que los hace reír, pensar, sentir así como vampiros en la hipófisis, dormirse con su nombre entre los labios y despertarse con la sensación de que hoy síquesí, el mundo amaneció un poco más amable?

Su mutis me hace pensar que no. Y lejos de creerme original, me siento más bien ñoña.

Bueno, pues resulta que me está pasando.

¿Ven? Nunca es bueno decir que septiembre es un mes aburrido...

Total que no sé si lo encontré, me encontró o nos dimos de bruces básicamente al mismo tiempo. Y me encanta su sentido de la vida, la forma tan anti romántica en la que mira el destino y sin embargo, que siempre tiene como diría Silvio la palabra precisa y la sonrisa perfecta. Qué les digo, el hombre es sensacional.

Ahora, el pero...

Pero es que se va.

Sí, lo sé, si una relación prometedora no tiene mis niveles acostumbrados de complejidad, me hago a un lado.

¿Por qué no puedo ser una niña normal? Ash...

Bueno, el caso es que mientras dure, puedo asomarme desde mi pequeño respirador a mirar las postales que me ofrece la vida, que dicho sea de paso, no son pocas. Cito algunas nomás por ocio, ya ven cómo soy:

El viernes fui a casa de la Babas a comer un poxolazo y estuvo de AHNOMÁ.

El sábado hubo un buen guateque en casa de desconocida escritora (o sea yo) y para ser la primera pachanga en tres años, estuvo morrocotudamente bien.

Ayer estuve sola, haciendo limpieza (con lo que me encanta) y por primera vez en mucho tiempo no, no señor, no me rundí a pesar de que contra mi voluntad fue domingo (de hecho, fue domingo todo el día).

Y bueno, pues básicamente me la he pasado hablando de él con familiares, amigos, conocidos y dos o tres Testigos de Jehová que pasaron religiosamente a regalarme La Atalaya.

Espero que esta vez no apestemos el asunto, Albanta...

En fin, sólo quería dejar constancia de que sigo viva. Sí, en verdad me siento viva.

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