martes, 18 de septiembre de 2007

Cerezas mediterráneas (encima del capuccino)




Y entonces me viene a la mente aquella canción de los Carrión: "Que las cerezas están maduras eso lo sé...".

Chale, si lo que utilizo para recordar las rolas insulsas lo empleara en algo más importante como la física cuántica...

El caso es que este martes ha amanecido con gozo y abrumadora dosis de ser feliz. Ni yo me reconozco. Será que el invierno toca la puerta, que este clima es maravilloso y que yo estoy como Matute el de Don Gato interpretando "Esta canción la canto yo, todo el día...". O será simplemente que he dejado partir la rundidora dosis de nostalgia y ya no pretendo exponerme a los abrumadores rayos UV de la desolación.

El punto es que estamos contentas.

Amanece y es martes. De entrada toca Dr. House en la noche, y ese es un buen motivo para sobrellevar la carga de los días que faltan para el viernes.

Ayer por la noche se dijeron cosas lindas vía telefónica y ese es el pretexto perfecto para esperar el fin de semana con ganas de festejar y brindar por estar vivos.

Escucho a Bebe mientras fumo un cigarro y todavía presiento en mi estómago el mega capuccino rompope que me tomé hace unos minutos.

Nada, que soy insoportable cuando me siento bien.

Estamos contentas. Ash!

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